viernes, 29 de enero de 2016

Kallikantzaroi.

Los Kallikantzaroi (singular: Kallikantzaros) son una especie de duendes malvados en la tradición del sureste de Europa y Anatolia, donde sus historias pueden hallarse en Grecia, Bulgaria, Serbia, Bosnia y Turquía. En Serbia se les conoce como "Karakondzula", en Anatolia son los "Karankoncolos" y en Bulgaria "Karakondjul"; pero sin importar la versión de la historia, estos pequeños seres aparecen siempre al finalizar el año, entre Navidad y el seis de enero.
Se cree que los Kallikantzaroi permanecen bajo tierra todo el año, intentando cortar el árbol del mundo para que éste colapse junto a la Tierra, y solo emergen a la superficie cuando llega la navidad y son libres de causar destrozos. Finalmente, regresan a su reino subterráneo el 6 de enero para continuar su labor; pero se encuentran con que el árbol del mundo ha sanado y deben comenzar su labor anual otra vez.

Descripción.
Como en la mayoría de las leyendas sobre entidades sobrenaturales, duendes y espíritus; la descripción de los Kallikantzaroi no es generalizada. En Grecia se les imagina con partes de animales como cuerpos peludos, patas con cascos o colmillos enormes de cerdo. 
Otros más cuentan que estos seres son apestosos humanos diminutos, otros que son únicamente masculinos y con características sexuales exageradas; en ciertas regiones de Grecia y Macedonia se les describe como humanoides altos, de pelaje negro, con ojos rojos que arden como brazas, orejas de burro, brazos de mono y largas lenguas que les cuelgan sobre el pecho.
La única creencia general en ellos es que son demonios de color negro, ciegos y que se alimentan de ranas, gusanos y otras alimañas.

La leyenda del Kallikantzaros.
Son criaturas de la noche, y se dice que la forma de protegerse de ellos es el de colocar un colador cerca de la puerta de un hogar para engañarlos. Los demonios pasarían toda la noche al pie de la puerta, contando los agujeros del colador hasta que el sol saliera y los obligara a ocultarse.
Otro método de protección era el de dejar una chimenea encendida, pues estos seres evitan entrar a lugares iluminados. En otras áreas la gente arrojaba zapatos a las llamas, pues se creía que el olor a pies era repulsivo para los Kallikantzaroi y los forzaba a ocultarse. 
Otras formas para mantenerlos a raya incluían marcar las puertas con una cruz negra en Navidad y quemar incienso.
Se dice que un niño nacido en los doce días entre Navidad y el seis de enero corre el riesgo de transformarse en Kallikantzaros durante cada Navidad una vez que llegan a a la edad adulta. El antídoto para esta transformación era atar al bebé con collares de ajo o paja, o quemarle las uñas de los pies. Según otra leyenda, cualquier persona nacida en sábado puede ver y hablar con los Kallikantzaroi.
En Grecia, el término también es usado para describir a otros seres maliciosos del folklore popular, similar a la palabra "duende" o "gnomo".

Karakondzula y los Días sin Bautizar.
En Serbia, a los doce días posteriores a la Navidad se les conocía como "los días sin bautizar", y se les consideraba una época en que las fuerzas demoniacas de todo tipo se encontraban más activas y peligrosas. Las personas evitaban salir durante la noche ya que los demonios llamados Karakondzula, seres gordos, jorobados y feos; saltaban sobre la espalda de las personas y las obligaban a caminar sin rumbo. Esta tortura terminaba al amanecer, pues el canto del gallo hacía huir a los monstruos.

Karankoncolos y Zemheri.
En el folklore de la región turca de Anatolia, es un tipo de boogeyman conocido como Karankoncolos el que representa la leyenda. Estos seres, a diferencia de sus congéneres en Grecia o Serbia; son molestos pero inofensivos, y de acuerdo al mito Otomano aparecen en los días del Zemheri "El Frío Terrible".
Su modo de actuar consiste en ocupar recovecos oscuros en pueblos y ciudades, donde esperan a que un peatón inocente pase por ahí. Al ver a una persona, comienzan a hacer preguntas inocentes; las cuales solo se deben responder con "Kara", la palabra turca para "negro". De lo contrario, el monstruo golpea a la persona hasta matarla.
Se dice que el Karakoncolos puede imitar la voz de los seres amados para inducir a alguien a exponerse a los fríos del Zemheri. 

Karakondjul, el que camina de noche.
En Bulgaria se les llama Karakondjul, "lso que caminan de noche". Existe una tradición búlgara llamada Kukeri, un ritual que es usado para ahuyentar a las criaturas del mal.

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